Como sucede con muchas tendencias wellness, el Lagree nació en Los Angeles; la meca de la industria del bienestar. Fue allí donde el francés Sebastien Lagree, inventor, fundador y CEO de Lagree Fitness, se mudó en 1998 tras completar un MBA en Seattle para convertirse en actor. No obstante, el éxito lo encontró con su daytime job como entrenador personal. Tras un tiempo enseñando Reformer Pilates, Sebastien se dio cuenta de que la famosa máquina no satisfacía las expectativas de entrenamiento de alta intensidad de sus clientas, lo que le llevó a diseñar en 2005 la Proformer (posteriormente le seguirían la Megaformer y la más reciente Microformer, entre otras).
Tras el éxito de esa primera máquina, patentó su sistema para que otros estudios pudiesen implementarlo. Y el resto ya es historia. Nombrada en 2019 tendencia fitness número uno por ClassPass, el método Lagree es un entrenamiento de alta intensidad y bajo impacto que se realiza sobre la ya mencionada máquina Megaformer. Combina ejercicios de fuerza, resistencia, cardio y equilibrio en sesiones de 45 minutos, enfocándose en movimientos lentos y controlados para trabajar cada músculo de forma efectiva. Esa eficacia fue lo que enamoró a Rosario Rabi Serrano, nuestra invitada de hoy, y lo que la llevó a fundar Garota Club, el primer centro de Lagree Microformer en España.
Nacida en Madrid, aunque con raíces en Chile y Líbano, Rosario ha vivido en ciudades como São Paulo o París —donde descubrió el Método Lagree— hasta que se decidió a emprender en su ciudad natal. Abierto hace tan solo unos meses y situado en el 51 de la calle Claudio Coello, en pleno corazón del madrileño barrio de Salamanca, desde este bonito y cuidado espacio, Rosario imparte sesiones de 45 minutos en donde las agujetas están aseguradas. La creciente comunidad internacional de mujeres que se está creando en torno a Garota avalan la excelente calidad de sus entrenamientos.
Primero de todo, ¿qué significa para ti la palabra wellness?
Para mí, el wellness, aunque ahora esté muy de moda, es más que una tendencia; es un estilo de vida, una forma de vivir. Aunque suene algo cliché, creo que se trata de mantener hábitos saludables en distintos aspectos: en tu alimentación, en tu manera de disfrutar del tiempo libre, y en cómo te relacionas con tu entorno. El wellness abarca mucho más que solo cuidar el cuerpo; es una filosofía que incluye el bienestar en general, no solo físico, sino también mental y emocional.
¿Cómo te iniciaste en el mundo del fitness?
Empecé practicando atletismo cuando tenía solo siete años y, desde entonces, no paré hasta los 22. Entrenaba cinco veces por semana y lo disfrutaba muchísimo. Fue una etapa muy feliz de mi vida. La vida va cambiando, los estudios, el trabajo, tuve una lesión y fui poco a poco dejándolo, pero lo cierto es que nunca he dejado de hacer deporte. Hoy en día sigo entrenando unos cuatro días a la semana, porque moverme es parte de mi forma de ser, de mi equilibrio. Me encanta probarlo todo: soy inquieta, curiosa y siempre estoy en busca de nuevas cosas. Así fue como descubrí el método Lagree… y terminé lanzándome a crear Garota Club.
Además de Lagree, ¿qué otros hábitos o rutinas sigues para cuidarte?
Desde que empecé con el atletismo a los siete años, el deporte ha sido parte de mi vida. Aunque ahora esté de moda, para mí siempre ha sido algo natural: una forma de estar bien, de conectar conmigo misma. He intentado mantener hábitos saludables de manera coherente y constante, no como una obligación, sino como una elección. Cuido lo que como, descanso mis horas, no bebo alcohol, no fumo… pero no por seguir una tendencia, sino porque así me siento bien.
Cuentas que descubriste el método Lagree mientras vivías en París. ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de este método?
Descubrí Lagree casi por casualidad, buscando nuevas disciplinas —ya sabes, en las grandes ciudades siempre hay algo nuevo por probar— y en París fue donde lo encontré. En cuanto vi la máquina, me llamó muchísimo la atención. Probé mi primera clase y me encantó. Estuve con agujetas durante una semana. Ahí supe que este entrenamiento era diferente, realmente revolucionario. Me enganchó desde el principio, y durante un año y medio fui constante, entrenando un par de veces por semana. Empecé a notar cambios en mi cuerpo, en mi fuerza y en cómo me sentía. Y cuanto más me metía, más quería saber. Así que decidí formarme como coach en París. Fue el inicio del camino que terminó llevándome a crear Garota Club.
En Garota Club trabajáis con máquinas microformer. A nivel entrenamiento, ¿en qué se diferencia de la megaformer? ¿Cuántos tipos de máquinas existen?
En Garota Club trabajamos con máquinas Microformer, que son una versión más compacta e intuitiva del Megaformer, pero igual de intensa y efectiva. Ambas están diseñadas para aplicar el método Lagree, que se basa en movimientos lentos, controlados y con una tensión constante. La principal diferencia es que el Microformer es más accesible, tanto en tamaño como en uso, lo que lo hace ideal para estudios más pequeños como el nuestro, sin renunciar a la calidad del entrenamiento. Existen diferentes modelos dentro del universo Lagree: el Proformer, el Megaformer y el Microformer, siendo este último el más reciente y versátil. En Garota lo elegimos porque se adapta perfectamente a nuestra filosofía: entrenamientos potentes, eficientes y sin complicaciones.
Abriste el estudio hace menos de un año. ¿Qué ha sido lo más fácil y lo más difícil para ti a la hora de emprender?
La verdad es que emprender en España no es nada fácil. No solo por los costes, que evidentemente son muchos, sino por los mil detalles del día a día que nadie te explica. Desde los trámites burocráticos hasta cosas aparentemente simples, todo se complica más de lo que imaginas. Lo más difícil, sin duda, ha sido enfrentarse a lo desconocido, a todo lo que no se ve desde fuera. Y lo más fácil —o mejor dicho, lo más natural— ha sido tener claro el propósito. Saber por qué hago esto, y sentir una pasión por lo que estamos construyendo en Garota Club.
Cada vez se ven más gimnasios boutique, especialmente en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, junto a franquicias de gimnasios low cost, haciendo que la oferta sea cada vez más amplia y variada. ¿A qué crees tú que se debe este auge?
Creo que este auge tiene mucho que ver con un cambio en la forma de entender el bienestar. Cada vez más personas buscan experiencias más personalizadas, íntimas y de calidad, y eso es justo lo que ofrecen los estudios boutique. Frente a los gimnasios low cost, que funcionan por volumen, la boutique apuesta por la atención al detalle, el acompañamiento real y una comunidad que te hace sentir parte de algo. En Garota Club, por ejemplo, trabajamos con solo seis máquinas por clase, lo que nos permite ofrecer una experiencia supercuidada, con seguimiento casi individualizado. No es solo un entrenamiento: es un momento para ti, en un entorno bonito, motivador y con una energía muy especial. Y creo que ese tipo de espacios están conectando con lo que mucha gente necesita hoy.
Después de haber vivido en ciudades como São Paulo o París, ¿cómo ves la escena wellness en Madrid?
Madrid está viviendo un momento muy interesante en cuanto a wellness. Es una ciudad cada vez más internacional, más conectada con lo que pasa fuera, y eso también se refleja en su escena fitness. El nivel está subiendo muchísimo: hay estudios cada vez más especializados, disciplinas nuevas y un público que no solo busca entrenar, sino vivir una experiencia. El consumidor madrileño es cada vez más exigente, más informado y más abierto a propuestas diferentes. Garota Club nace justo en ese contexto: como una propuesta boutique, diferente, con una metodología innovadora como Lagree. De hecho, fuimos el primer estudio en España en trabajar con la máquina Microformer, lo que nos posiciona como pioneros en traer esta experiencia tan transformadora al país.
Desde que empezaste hasta hoy, ¿qué momentos o aprendizajes resaltarías en tu trayectoria como coach certificada de Lagree?
Dar clase es, sin duda, lo que más me gusta de todo esto. Aunque acabe agotada, es lo que más me llena. Ver cómo las chicas mejoran, cómo ganan fuerza, confianza y se sienten más seguras en su cuerpo, es increíble. Muchas llegaron a Garota sin conocernos, y ahora vienen tres veces por semana como parte de su rutina. Me emociona cuando me dicen: «solo hago deporte aquí», o «desde que vengo a Garota, me siento más yo». Eso confirma que hemos creado algo más que un estudio: un espacio donde sentirse bien, ganas de volver. Y para mí, acompañarlas en ese proceso es un regalo.
¿Qué planes tienes a corto/medio plazo?
Abrimos en febrero y, aunque llevamos poco tiempo, estamos muy felices con cómo estamos creciendo. Poco a poco hemos ido creando una comunidad superbonita, cada vez más grande, y lo más importante: muy fiel. Las chicas se sienten a gusto, se cuidan, se motivan entre ellas… y muchas nos dicen que solo entrenan aquí. Eso nos hace pensar que hemos creado algo más que un estudio: un concepto diferente, que gusta, que inspira. Además del entrenamiento, cuidamos mucho la estética, tenemos nuestra propia línea de ropa y buscamos que Garota sea un espacio donde te apetezca estar. A corto plazo queremos seguir creciendo con solidez, y a medio, abrir nuevos estudios. Este es solo el primer Garota de muchos, ¡eso está claro!